Retablo
Mayor. Convento de San Esteban. Salamanca
El
cuerpo del retablo sigue el movimiento cóncavo de la planta; se
divide en tres calles. La calle central y mayor avanza para albergar
un importante tabernáculo.
Una
cornisa simple sirve de apoyo a las seis columnas salomónicas que
constituyen la base de la decoración arquitectónica. Cuatro de
ellas enmarcan la calle central, avanzando más las situadas junto al
tabernáculo.
Las
calles laterales exponen la línea curva de fondo. En estos estrechos
intercolumnios se destacan las imágenes de los fundadores de las
órdenes monásticas: santo Domingo de Guzmán y san Francisco de
Asís, atribuidas a Churriguera.
Las
esculturas de bulto redondo apenas salen de sus hornacinas con
veneras en la parte superior; el arco externo y las pequeñas
pilastras que las rodean quedan casi ocultas por guirnaldas de
frutos, hojas y flores. Estas también enlazan las peanas, formadas
por roleos de diverso tamaño y posición, con las molduras laterales
de las calles. En la parte superior guardapolvos arqueados sostienen
sendos niños que levantan escudos coronados.
Este
cuerpo termina con un entablamento que se sostiene en todo el ancho,
mientras que se ajusta a las partes entrantes y salientes, rectas y
curvas. Se destacan unos modillones formados por roleos y hojas que
invaden el área del friso; emplazados en el eje de las columnas, se
repiten en el centro de las calles laterales, en este caso,
acompañados por guirnaldas.
No
posee polseras, y simplemente concluye con molduras rectas y
tajantes, que dejan evidenciar el lateral de las pilastras que sirven
de apoyo a las columnas extremas.