Un foco en el retablo
Mayor de la Iglesia. Convento de San Esteban. Salamanca
El
cuadro de Claudio Coello representando el martirio de san Esteban
junto al tabernáculo se disputan el foco del retablo.
El pintor de cámara de Carlos II, ya había sido desplazado por el italiano
Luca Giordano, en el momento de emprender esta obra. Podemos imaginar el humor que llevaba el artista por esta época.
La pintura fue encargada por el confesor del rey, fray Pedro Matilla, con el objetivo de colocarlo expresamente en el lugar que hoy ocupa. Una vez terminado y antes de pasar al retablo, fue expuesto en el palacio real en dónde lo pudo observar Giordano, otorgándole palabras de aceptación.
La pintura fue encargada por el confesor del rey, fray Pedro Matilla, con el objetivo de colocarlo expresamente en el lugar que hoy ocupa. Una vez terminado y antes de pasar al retablo, fue expuesto en el palacio real en dónde lo pudo observar Giordano, otorgándole palabras de aceptación.
Mas que dramatismo y mas que martirio,
el cuadro expresa dolor. El santo resignado ya no presta atención a
sus agresores, se dirige hacia la salvación. Parece no ver el mundo
miserable y terreno, sino aquel en el que lo esperan los ángeles, la
paz, Cristo y el Padre Eterno.