Serie Regreso.
Cúpulas verdes
Es bueno descansar los ojos en la copa
abierta de los plátanos de la vereda. Hoy, después de tantos años,
parecen mas bajos, pese a que siguen tocando el cielo. Entre las
hojas la luz se filtra creando un sinnúmero de formas tintineantes,
hasta que el resplandor me obliga a cerrar los ojos. Y entonces ese
mundo vegetal cobra la desmesura del día, obligado a lagrimear con
el dulce encuentro de la felicidad.
Arboles encajados unos en otros,
formando una canasta de ramas entrelazadas, regalando la imagen
sonora del viento. Es como si las ramas hicieran cosquillas y,
entonces, es imposible no dejar escapar una risa, de esas, que salen
por salir, sin que aliento las contenga.
¿Cómo puede una imagen golpearnos
tan íntimamente?
Se mecen allá arriba desdibujando las
fronteras entre unos y otros, clamando por la limpieza de esa bóveda
celeste en la que se inquietan. Quién pudiera descubrir esas verdes
y tiernas copas con los mismos ojos de la primera vez …quien
pudiera
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